
Las voces del apagón en un barrio cualquiera
Ha pasado una hora. Un ajetreo tremendo sale de la panadería de la esquina. Dentro se despacha con velocidad, por supuesto en efectivo. En la cola, un hombre de mediana edad sujeta una minúscula radio encendida, bajita. Luce vieja, pero se la acaba de comprar. Teletrabajaba en casa y se ha enterado del alcance de todo al salir a la calle y preguntar.
No espera poder comprar pan, pero sí algunos dulces «antes de que se acaben». En la panadería están terminando pronto con la producción, que terminó puntual a las 12:32, cuando se fue la luz en casi toda España. «Todo apagado: los hornos, las cámaras, la horchata, la bebida, todo», dice una de las trabajadoras.
Otra nos cuenta cómo ha ido llegando la gente, y cómo han vuelto a su vida la calculadora, el papel y el boli.