La UEFA instaló en la final de la Champions la pista cinegética de baile más grande del mundo
¡Qué el ritmo no pare! Es la letra de una canción de la cantante y actriz mexicana Patricia Manterola y que los amantes del ciclismo recordarán como la banda sonora de la Vuelta Ciclista a España de 2002. Pero es una frase que no dejó de repetir el grupo británico Rudimental el pasado mes de mayo en un concierto en la mítica plaza de Trafalgar Square de Londres.
A los pies del escenario, aficionados del Real Madrid y del Borussia de Dortmund, junto con los seguidores de este trío british, movían los pies a ritmo de música electrónica en el UEFA Champions Festival. Saltos, pisadas… Un concierto normal, pero lo que los asistentes desconocían es que las peticiones de los cantantes de que el ritmo no parase tenía una intención: generar energía. Concretamente para ese concierto.
Colocadas estratégicamente, varias baldosas cinegéticas captaban la energía de los más de 6.300 asistentes que pisaron este suelo tan 'verde'. «Es sorprendente cómo el suelo genera electricidad para el espectáculo. ¡Me dan ganas de bailar más!», señalaba un londinense que acudió al festival.