
La factura electrónica se convierte en un laberinto para siete millones de pymes y autónomos
A día de hoy, muchos pequeños empresarios y trabajadores por cuenta ajena no conocen cómo afectarán estos cambios a su forma de hacer las cuentas. Entre las pocas certezas en torno a ambos asuntos es que desde el 29 de julio ya no se pueden comercializar 'softwares' que no cumplan con los estándares de la Agencia Tributaria –el sistema Verifactu, que obliga a que los datos de facturación electrónica se envíen en tiempo real al Fisco y garanticen la autenticidad y la trazabilidad a través de un código QR–, según explica Celia Ferrero, vicepresidenta de ATA, a este periódico.
Es decir, que cualquier programa, incluido Excel, que no se haya adaptado a estos requisitos, no será válido para facturar electrónicamente a partir de 2026. Será entonces cuando pymes y autónomos deberán emitir sus facturas a través de un 'software' certificado. Las sociedades con una facturación inferior a 6 millones de euros tendrán que hacerlo a partir del 1 de enero y desde el 1 de julio para el resto de autónomos.
La ley establece que se deberán garantizar soluciones gratuitas y la Agencia Tributaria se ha comprometido a que haya una plataforma sin coste para que todos aquellos autónomos y empresas que no tengan los recursos suficientes puedan hacerlo a través de la misma. Fuentes de la Agencia Tributaria han confirmado a este medio que la idea es que la solución pública esté lista para que la utilicen los pequeños negocios antes de que finalice este mes de octubre.