
Italia no es país para padres
Aunque a los miembros del Gobierno de Giorgia Meloni se les llena la boca de promesas cuando afrontan la necesidad de fomentar la natalidad, e incluso cuentan con un Ministerio dedicado a ese objetivo, lo cierto es que en Italia tener hijos resulta hoy casi heroico.
La precariedad laboral y los bajos salarios son la realidad habitual para los jóvenes en edad de procrear, que cuentan además con escasas guarderías públicas y pocas ayudas estatales para ayudarles a criar a sus niños.
Este escenario, unido al envejecimiento, a una inmigración insuficiente y a la emigración de muchos jóvenes italianos a otros países europeos en busca de mejores oportunidades, amenaza con provocar una caída de la población de más de cuatro millones de personas en los próximos 25 años.