
Frankenstein en el siglo XXI
Nunca pudo imaginar la genial Mary Shelley la huella que iba a dejar aquella novela que escribió para ganar una apuesta: Frankenstein o el moderno Prometeo. El marco no podía ser más apropiado. Verano de 1816, una reunión de amigos, poetas por más señas, en Villa Diodati (Suiza). Lord Byron lanza a sus compañeros el desafío de escribir durante la noche un relato de terror.
Los interpelados eran nada menos que el matrimonio Shelley, John Polidori y el propio Byron. Es verdad que solo Polidori logró concluir su novela, pero esa noche nació el mito del Prometeo moderno gracias a la única mujer del grupo.
El relato es desde entonces bien conocido: el estudiante Frankenstein crea vida a partir de la materia inerte, reúne piezas de cadáveres y pronuncia ese fiat que parece reservado solo a Dios, valiéndose ahora de la electricidad.