Europa necesita a Alemania
Cuando a mediados del pasado septiembre, el puente Carola de Dresde se derrumbó –por fortuna sin causar heridos–, muchos vieron en el suceso una evidencia y a la vez una metáfora de largos años de escasez de inversiones en Alemania.
Una sección de cien metros de este puente sobre el río Elba, construido en 1971 en tiempos de la antigua República Democrática Alemana (RDA) y parcialmente renovado en el 2019, se vino abajo por efecto de la corrosión, según informó entonces la Asociación Central de la Industria de la Construcción Alemana (ZDB), que calificó al derrumbe como un “triste ejemplo del estado de la infraestructura” en el país.
La semana pasada se produjo en Alemania otro derrumbe, este de carácter político pero con fuerte trasfondo económico. La coalición tripartita de Gobierno del canciller Olaf Scholz se rompió cuando los hasta entonces socios no consiguieron ponerse de acuerdo sobre los presupuestos del 2025.