
«España no es un país 'capturado', pero debería estar mejor contra la corrupción»
-La corrupción se ha definido habitualmente como el abuso de puestos oficiales para el benefición propio y se ha visto como una distorsión para quitarse de encima las reglas del juego y, por ejemplo, lograr un permiso o una licitación a través del soborno a un funcionario.
La captura del Estado es muy distinta porque se refiere a la formación de las normas: unos potentados políticos y económicos utilizan su influencia indebida en la elaboración o manipulación de las regulaciones, las leyes, las instituciones y las políticas públicas.
El punto clave es que actores con mucho poder e influencia, fuera o dentro del Estado, se apoderan de las normas y de los organismos públicos para su beneficio privado a desmedro del bien y el desarrollo inclusivo de la sociedad. Hablamos de algo más sútil, pero que puede ser mucho más costoso.