
El ideario de León XIV: defensor de los pobres y reacio a la ordenación de mujeres
Quienes le conocen y le han tratado le describen como una persona comprensiva y misericordiosa, dueño de una mirada abierta y acogedora. Un Papa humilde, de los sencillos. Un eclesiástico que predicaba la comunión, la unidad, y que evitaba exponerse en batallas ideológicas. ¿Y por dónde respira? Por su contumaz discreción, no ha dejado muchas entrevistas en las hemerotecas ni una producción editorial que escudriñar, aunque sí hay intervenciones repletas de matices que ayudan a descodificar su pensamiento.
Por su origen y trayectoria, siempre ha estado del lado de los descartados. Perú marca mucho. Es la cuna de la Teología de la Liberación, que teorizó y practicó la opción preferencial por los pobres y animó a combatir las desigualdades sociales en favor de los excluidos.
Era amigo de Gustavo Gutiérrez (ya fallecido), uno de los padres de esa teología que persiguieron Juan Pablo II y Benedicto XVI, al contrario que Francisco, que fue muy receptivo y rehabilitó la figura de Gutiérrez. Al optar por continuar con su nombre por la senda de León XIII, firmante de la histórica encíclica 'Rerum novarum', ha dejado al descubierto su veta social.