
El Gobierno esconde el déficit de la Seguridad Social
Cuando el Atleti cambió un piso en el centro de Madrid por un adosado en Las Musas, mucha gente no entendió la nostalgia por aquel campo magnífico, apretao, cariñoso, lleno de problemas pero que llenaba nuestro corazón. Aquel estadio donde hacía frío, pero donde nos dábamos el calor de cada uno convertido en un calefactor.
Tenía aluminosis, pero subíamos los escalones de tres en tres y sí, vibraba mucho cuando saltábamos, pero nunca pasamos miedo. Los que no vinieron con su papá de la mano, sino que se apuntaron cuando los vientos soplaban a favor, enseguida entregaron los trastos y trataron de convencernos. Hace falta un campo nuevo. Más moderno. Más internacional. Sois unos nostálgicos.
No queréis que vuestro equipo crezca. Y corrieron a hacerse el abono en el Metropolitano y vender su asiento en cuanto pueden, aunque sea al rival.