El escandaloso balance de penaltis para el Real Madrid

Mbappé se dispara y a su estela se eleva el Real Madrid. Al calor de un hat trick del francés, el primero desde que llegó al Bernabéu, salió de la casa del colista con cuatro puntos de ventaja ya sobre el Atlético, que patinó en casa, y diez sobre el Barcelona, que recibe este domingo al penúltimo, el Valencia (21.00, Dazn).

El Valladolid, asomado al abismo, se aferró corajudo al partido, hasta que Mbappé volvió a mostrar que ya es otra vez el Mbappé que tanto deseó el madridismo y no esa versión borrosa que buscaba su sitio en los primeros meses. Tras el disgusto de Arabia, el Real vuelve a coger vuelo a costa de piezas menores rumbo a la resolución de su destino europeo el miércoles contra el Brest.

En esa ruta, sus engranajes giran con un silbido cada vez más leve, más armónico, más redondo. La coreografía de los cuatro de arriba fluye con esa naturalidad milagrosa de las improvisaciones jazzísticas, detrás de las que hay tanto ensayo, tanta repetición. Mbappé ha dejado de ser un cuerpo extraño para actuar cada vez más como un rodamiento. En Valladolid, empezó su tarea de ajuste acercándose a tocar al centro del campo, casi siempre de espaldas, para ayudar a ablandar las juntas del entramado defensivo del Pucela en ese tramo inicial en el que lucían más tersas, más impenetrables.