
«El edificio se ha movido y una nube de polvo lo ha cubierto todo. No se veía nada ni se podía respirar»
«Ha sido impresionante. El ruido ha sido como una bomba. El edificio se ha movido todo y una nube de polvo lo ha cubierto entero, no se veía absolutamente nada y no se podía respirar», describe Rosa, propietaria de la tienda de trajes de flamenca Lunares Blancos, en la calle Hileras, a escasos 20 metros del inmueble desplomado.
A Rosa la Policía Municipal le pidió que desalojara inmediatamente su local, y esta tarde aún no ha podido regresar. «No tenemos información de cuándo vamos a poder abrir. Espero que mañana ya nos dejen volver», dice aún conmocionada Rosa, que conoce a varios de los trabajadores de la obra por la proximidad de su establecimiento.
«Me han dicho que no saben nada de algunos de sus compañeros», admite con preocupación.
Vecinos, comerciantes y paseantes se vieron sorprendidos por el derrumbe del edificio en obras de la calle Hileras, en pleno centro de Madrid, muy cerca del metro de Ópera y del Teatro Real. «No he oído nada, pero sí que llegó gente desde el otro lado de la calle corriendo y contando que un edificio se había derrumbado», contaba otra dependienta de un comercio de la cercana calle Arenal.