El día en el que Bukele volvió a ser El Salvador
Roberto González actualiza sin parar la cuenta de X (antes Twitter) del presidente. Quiere saber si Nayib Bukele, que se ha declarado ganador con el 85% de los votos antes de los resultados oficiales, ha escrito algo más. De momento, que haya afirmado que tiene “el récord en toda la historia democrática del mundo” en unas elecciones le hace dar saltos de alegría.
“Si consigue todos los diputados aún va a hacer más historia”, dice emocionado este motorista de Sonsonante, que ha venido hasta el palacio presidencial de San Salvador a celebrar un triunfo que ya todos sabían. Hace meses que el país tenía ganador, solo faltaba confirmarlo.
El centro de votación de la avenida Olímpica de la capital parece un acto de campaña. El partido de Bukele, Nuevas Ideas, ha instalado una decena de carpas, organizado una batukada, soltado cohetes azules y tocado los tambores en el espacio donde van a votar el presidente y otros miles de ciudadanos. A la entrada y salida de las casillas electorales solo hay pancartas, camisetas, gorras e individuos identificados por el partido oficialista. La sensación abruma hasta a una oposición desarmada, cuyos vigilantes de voto no se atreven ni a identificarse frente a la marea cian.