
El asalto fiscal y el pacto de Defensa
Consumado ya el esperpento del "vis a vis" entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz para poner de acuerdo al gobierno consigo mismo, el sainete monclovita nos prepara ahora un nuevo serial con caracteres de culebrón televisivo. Es decir una historia insólita, lacrimógena y sumamente larga en definición de la Real Academia, que comienza con el melodrama de la búsqueda de los apoyos perdidos y termina con el drama de un nuevo asalto fiscal a la ciudadanía que, como es habitual en el sanchismo suele ser la víctima de las veleidades y desafueros de un gabinete de coalición a la deriva.
Sánchez ya le ha prometido a Yoli que no recortará el gasto social. Y tampoco está dispuesto a reducir el coste de un gobierno elefantiásico de 22 ministerios, el mayor de la historia y la mayoría de ellos innecesarios e inservibles, ni a rebajar la nómina del más del millar asesores enchufados a dedo del Ejecutivo que supera los 150 millones de euros anuales. Y tampoco a eliminar las subvenciones a sindicatos, asociaciones o colectivos para comprar votos. No.
En círculos próximos a La Moncloa apuntan que Sánchez, porque el gobierno es sólo él y los demás la voz y las manos de su amo, está preparando otro atraco fiscal a las clases medias y a las empresas para financiar los mayores recursos en Defensa. Eso, además de esquilmar los más de 4.000 millones del Fondo de Contingencia, incrementar la deuda y realizar trampas contables para disfrazar el gasto militar dentro de otras partidas para evitar llevar el aumento del gasto al Parlamento, saltándose todos los controles democráticos al más puro estilo del franquismo y de los regímenes dictatoriales.