Contra la subida de las pensiones
Hace una semana decaía el llamado decreto ómnibus y comenzaba una cruenta batalla entre Gobierno y oposición por repartirse la culpa de perjudicar a decenas de millones de ciudadanos. Sin embargo, para algunos fue una gran noticia.
Pero, obviando el rechazo a medidas como la cesión de un palacete en París al PNV o la protección de los inquiokupas, ¿quién podría alegrarse de que los pensionistas cobren menos y los usuarios del transporte público paguen más? Pues cualquier ciudadano responsable que entienda que ambas medidas corresponden a una estrategia de compra de votos con el dinero de todos.
Gratis solo significa que otro lo paga.
Como ya se ha dicho, cualquier ciudadano podía estar en contra del decreto ómnibus por ser un chantaje con el que el Gobierno pretendía mezclar políticas aparentemente positivas con sus habituales tropelías y cesiones a sus socios más radicales y nacionalistas, y con ese argumento justificó la oposición su voto en contra de manera absolutamente legítima.