Bruno Sacco, el hombre que diseñó estrellas eternas
A finales de 1957, Sacco conoció en Turín a Karl Wilfert, que desde mediados de los años 50 había sido el responsable de las pruebas de carrocería de Mercedes-Benz en la planta de Sindelfingen. Wilfert había creado el nuevo departamento de estilística, dirigido por Friedrich Geiger. El francés Paul Bracq fue nombrado por Wilfert como el primer diseñador, y en 1958, Bruno Sacco es contratado como segundo diseñador de carrocerías.
Sacco trabajó en el área de desarrollo de pre-carrocería. Durante esta época se crearon modelos destacados como el Mercedes-Benz 600 (W 100, 1963 a 1981), que a pesar de su tamaño gigante, logró mantener proporciones elegantes en todas versiones, desde las versiones de batalla larga hasta un «landaulet» con asientos traseros y techo parcialmente abierto. Y el legendario 230 SL «Pagoda» (W 113), producido entre 1963 y 1971.
A principios de los años 60, el ingeniero Rudolf Uhlenhaut (artífice de los triunfos de las Flechas de Plata de Mercedes) quería volver a Le Mans, prueba de la que estaba ausente la marca alemana desde la tragedia de 1955. Y quería hacerlo con una victoria lograda con un coche con motor Wankel. Así Paul Barcq diseña el primer coupé Wankel en 1965. Uhlenhaut se convence que la idea de volver a Le Mans no es factible, y se abandona el proyecto. Bracq se va de Mercedes a BMW, y Sacco asciende a primer diseñador.