
Broncas con la pareja por usar el móvil... y la consecuencia que quizá no esperas
Empezaremos por la primera reacción, la habitual, cuando se produce esta situación: la persona ninguneada llama la atención a la otra, con mejores o peores maneras, y ya se instala entre los dos un abismo cargado de mal rollo que suele desembocar en bronca, reproches y lanzamiento olímpico de trapos sucios (¡y todo ha comenzado por el móvil!).
En la refriega surgen las frases clásicas: «A ver, qué he dicho, que no te has enterado porque estabas con el puñetero móvil», «todo el día igual, ausente», «que son cosas del curro, qué quieres que haga», «oye, que tú también estás con el móvil muchas veces y yo no digo nada», «miras más al móvil que a mí», «qué hay ahí tan interesante para que pases de todo», «luego te llamo yo y no me coges»...
Vamos, que no es de extrañar que los psicólogos especializados en terapia de pareja vengan advirtiendo de que el teléfono se ha convertido, quizá, en el enemigo número uno del amor. O, si queremos bajar un poquito en la escala de romanticismo, en un obstáculo para el bienestar de la pareja.