Así ha sido la tensa radio de Norris y McLaren
Hubo un tiempo, hace poco más de una década, en el que McLaren era el equipo al que ir para cualquier piloto que quisiera aspirar a pelear por llevarse el Mundial de Fórmula 1.
Lo intuyó Fernando Alonso tras ganar su primer título, con Renault (2005), por más que su aventura con la tropa de Woking terminara casi a tiros y con el español huyendo a Renault, en 2008, precisamente el año en que Lewis Hamilton se encasquetó la última corona que figura en las vitrinas del Technology.
Desde entonces, la estructura británica ha pasado por una montaña rusa que la llevó al borde de la quiebra, obligando a la compañía a vender su majestuosa sede, un vía crucis del que definitivamente ya ha salido. Y lo ha hecho con una solera prodigiosa que marca el camino a seguir para otros.