Un retrato de la vida loca a los cuarenta en la novela 'Mejor que muerto'
Un hombre en paro de 41 años enfrenta la petición insistente de su pareja, una empresaria inmobiliaria, para tener un hijo. El piso en el que vive Julio con Casilda, regalo del suegro, tiene ya una habitación para el bebé. Pero él prefiere consumir alucinógenos y fármacos para la disfunción eréctil y seguir sin ambiciones ni responsabilidades.
Hasta que asume la presidencia de la comunidad de vecinos y lidia con los okupas, entre los que está la joven Sara. La novela 'Mejor que muerto' (Random), de Fidel Moreno aborda una realidad tan contemporánea de la mediana edad en España que se entremezcla con la especulación inmobiliaria, la pandemia y las terapias alternativas.
¿Cumplir cuarenta es el final del principio o el principio del fin? «Somos una generación que ha pasado casi sin transición de la adolescencia a la senectud, y ocurre una crisis que nos ocupa de los cuarenta a los cincuenta», responde Moreno (Huelva, 1976). «Hemos tenido hijos tarde o demoramos en desarrollar un oficio debido a la precariedad laboral, entre otras cosas que se van sumando... lo que permite que se pueda fingir que se sigue siendo adolescente. Hasta que a partir de los cuarenta empieza otra cosa».