
Trump, frente a su decisión que acercó a Irán a la bomba atómica
El mandatario hebreo viajó de nuevo a Estados Unidos para pedir una rebaja en los aranceles del 17% impuestos a su país, avanzar en el plan de «emigración voluntaria» de gazatíes e insistir en la necesidad de hacer frente con firmeza a la amenaza de Irán y regresó con una cumbre entre estadounidenses e iraníes en Mascate. Negociar con los iraníes no es sencillo, pero a diferencia de los estadounidenses o los israelíes, han demostrado que cuando firman un acuerdo lo cumplen.
Araghchi adelantó que ahora «la pelota esté en el tejado de Estados Unidos», porque fueron ellos quienes rompieron el llamado Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés) firmado en 2015 y vuelven al diálogo con la amenaza de un ataque si no es satisfactorio para los intereses estadounidenses. El JCPOA consiguió el compromiso iraní para limitar el enriquecimiento y almacenamiento de uranio, pero Trump lo consideró «un desastre», así que la exigencia que el presidente puede poner sobre la mesa es el desmantelamiento del programa atómico.
Estados Unidos tiene delante a un Irán con la economía en situación límite, una situación regional complicada tras el descabezamiento de Hezbolá en Líbano y la caída de Bashar al Assad en Siria y sus capacidades defensivas amenazadas tras los golpes sufridos en los ataques israelíes.