
Sánchez critica a los jueces españoles en la prensa internacional a 48 horas de la apertura del año judicial
La «calidad de nuestra democracia» –que Sánchez se autopostuló para garantizarla al considerar que «la corrupción del PP la amenazaba» – ya vemos en qué la ha convertido, tras siete años en La Moncloa. Estos días, ya reincorporado de sus vacaciones, son pródigos en informaciones que la definen, y dos de ellas son emblemáticas al respecto y hay que procurar que no sean olvidadas.
Una la afirmó en su entrevista en TVE convertida en su «cadena favorita»: Para él, los jueces que investigan presuntos delitos de su entorno familiar y político «hacen política», que en el lenguaje mediático es «lawfare», una de las mayores descalificaciones que puede hacerse a una Justicia independiente en una democracia.
La otra información destacada es la visita de Illa «a domicilio» a su predecesor Puigdemont, un prófugo de la justicia. El «síndrome de la rana» ante la degradación política en la que está sumida una parte no menor de la sociedad española (con la práctica totalidad de los votantes del sanchismo) está «normalizando» actuaciones institucionales y políticas inimaginables con anterioridad.