© ideal.esSánchez confía en el largo descanso del Congreso para orillar la presión de Junts
El calendario de plenos de aquí a final de año juega a favor del Gobierno.
Hasta el 31 de diciembre tan solo quedan tres sesiones, dos de noviembre y una en diciembre, dado que la primera semana de cada mes siempre queda libre para que los diputados la dediquen, al menos sobre el papel, al trabajo en sus circunscripciones; y que la campaña de las elecciones al Parlamento de Extremadura, previstas para el día 21, en puertas de la Navidad, ha llevado a cancelar la actividad prevista en la Cámara baja para la semana del 16.
Después, llegará enero, que, como establece la Constitución y salvo que de manera excepcional se decida lo contrario, es un mes inhábil.
Todavía es posible que se convoque algún pleno extraordinario para convalidar reales decretos leyes, como el que, en ausencia de Presupuestos, tendrá que revalorizar las pensiones. Pero en Moncloa dan por hecho que los posconvergentes no votarían en contra de iniciativas de esa índole y el pleno de este jueves, en el que los de Carles Puigdemont evitaron al Ejecutivo un varapalo del PP sobre el cierre de las nucleares, ha servido para terminar de convencerlos de que «no es tan fiero el lobo como lo pintan».