
Polémica en Francia por el nombramiento de un cura condenado por violación
«Un nombramiento para un cargo tan importante solo puede hacer resurgir las heridas, aumentar la sospecha y desconcertar al pueblo de Dios», afirmó la Conferencia Episcopal en un comunicado. «Desde hace años, nuestra Iglesia ha tomado el camino de la verdad en una cuestión tan dolorosa como la de los abusos cometidos en su seno. Es muy importante que continuemos con ese trabajo en todos los sectores de la vida eclesiástica», añadió en ese documento, difundido el domingo.
El arzobispo de Toulouse, Guy de Kerimel, había nombrado en junio a Spina como canciller en la diócesis de la localidad. Su designación no trascendió hasta julio, cuando la prensa local informó sobre ello. Desde entonces hay un malestar creciente, tanto entre los fieles como en la opinión pública. Arnaud Gallais, cofundador de Mouv'Enfant, una asociación especializada en la denuncia de la violencia infantil, aseguró que la elección de este cura suponía «una peineta para todas las víctimas de la Iglesia».
El arzobispo de Toulouse se defendió ante las críticas: «¿No podemos ser misericordiosos con un cura que cometió un pecado grave hace treinta años y desde entonces ha demostrado su abnegación e integridad?». El religioso condenado, dijo De Kerimel, «seguirá trabajando en su despacho en el arzobispado y no estará en contacto con jóvenes».