Pogacar gana cuando quiere
Reconoció en el podio que «el equipo ha hecho un supertrabajo para ponerme en las mejores condiciones en el final». «Son mis compañeros los que han decidido mi victoria. La etapa del domingo será más fácil para nosotros, necesitamos respirar un poco». Definitivamente, alguien ha convencido al insaciable campeón para que mire el calendario con perspectiva.
Solo el líder del UAE sabe cómo llevaba este sábado las piernas tras el golpe en la mesa de la víspera en la contrarreloj de Perugia, pero sus sensaciones fueron tan apabullantes como siempre. El grupo de favoritos fue mermando en la ascensión final gracias al ritmo impuesto por Großschartner y Majka. Los ciclistas que resistían en cabeza, torcían el gesto con el paso de los kilómetros, mientras Pogacar lucía su asombrosa facilidad de pedaleo. Pero no se movió.
Por si algo fallaba, por si el líder no iba tan sobrado como parecía, a kilómetro y medio de la cima lo probó Antonio Tiberi (Bahrain). Sin inmutarse reaccionó el esloveno. Acto seguido se envalentonó Arensman (Ineos) y su movimiento tuvo idéntico resultado.