
No es este un Congreso para guardar el duelo
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La primera niña nacida en el barrio más rojo del municipio coruñés de Fene, en la ría de Ferrol, siempre tuvo a su padre en la cabeza y en el corazón cuando la hicieron ministra.
Quienes han compartido charla alguna vez con Yolanda Díaz, los salseos en los corrillos del Congreso, saben hasta qué punto su progenitor era el emblema personal y político de la vicepresidenta segunda del Gobierno, siempre presta a hablar de él y de su otra pasión doméstica, su hija Carmeliña.
Suso Díaz, el histórico referente del sindicalismo gallego que nutría de carne de su tierra la nevera de la dirigente de Sumar, falleció el martes por la noche en un desenlace que ella parecía llevar tiempo aguardando con temor y pesar.