
Netanyahu recoge el testigo de Sadam
Después de más de cuatro décadas, el régimen iraní ha consolidado el sistema, pero cuenta con un nivel importante de descontento popular y se enfrenta a una amenaza existencial bajo la superioridad militar de israelíes y estadounidenses. En los años ochenta, el sentimiento iraní de nación ayudó al régimen a superar una situación muy compleja y ahora se puede repetir este escenario.
El país se encuentra en estado de shock desde que el viernes Israel comenzara una campaña brutal de bombardeos contra plantas nucleares, bases militares, aeropuertos, campos de gas… pero también contra las viviendas privadas de altos cargos. En estos ataques a zonas civiles hay decenas de víctimas. El movimiento ordenado por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sorprendió a un país que estaba pendiente de la evolución de las conversaciones nucleares con Estados Unidos. Nadie imaginaba un ataque antes de la reunión prevista para hoy, domingo, en Omán. Nadie.
Netanyahu apela a la amenaza nuclear como argumento principal para justificar su agresión a gran escala, pero en el discurso que dirigió a los iraníes les dijo que «no os odiamos. No sois nuestros enemigos. Tenemos un enemigo común: un régimen tiránico que os oprime. Durante casi cincuenta años, este régimen os ha privado de la oportunidad de una vida digna».