«Mirar el cielo es mirar nuestro hogar»

–Tomar un aperitivo bajo las estrellas tiene que ser maravilloso.

–Así es. Además, es algo exclusivo, casi un lujo en estos tiempos en los que el 83% de la población vive bajo cielos contaminados: son escasos aquellos lugares donde aún podemos contemplar un cielo estrellado, ya que el uso abusivo e inadecuado del alumbrado exterior ha ido borrando la luz de las estrellas.

–Porque toda nuestra química está sintetizada en las estrellas, ya que la nucleosíntesis estelar es la que ha permitido generar todos los compuestos de los que estamos hechos. Somos polvo de estrellas, y esa frase no es poesía. Y somos parte del universo: mirar el cielo es mirar nuestro hogar. Es últimamente cuando estamos perdiendo la conexión porque, en lugar de mirar al cielo, bajamos la cabeza para mirar las pantallas. Por eso, mirar hacia arriba y volver a conectar tiene algo de misticismo, de salud, de bienestar.

–Viene desde pequeña. El paso definitivo fue un verano que estuve con mi familia en una zona de monte aquí, en Tenerife, y cayó en mis manos 'El Universo', el libro de Isaac Asimov. Era una adolescente, y me apasionaron la física y las matemáticas que había detrás de esos puntitos que veía brillar en ese cielo espectacular.