
'Mi amiga Eva': Mariposas en el estómago a los 50
No es Cesc Gay director de grandes epopeyas, sino que cuenta pequeñas historias que engrandece con su enfoque cotidiano, con su escala humana, con la naturalidad que imprime a la ficción, que hace que fluya igual que una conversación de frutería.
Como el media punta más hábil –pongamos por caso a su tocayo, el mejor Cesc Fábregas–, se mueve entre líneas, en su caso sentimentales, con una sutileza a la altura de pocos. Lejos del terrorismo sentimental, el barcelonés es un cirujano cardiovascular que cose con primor las relaciones humanas contemporáneas.
El director de «delicatessen» como «En la ciudad» (2003) o «Truman» (2015) vuelve a dar muestra de ese oído tan preciso que tiene para recoger los matices –el bla, bla de la calle, de las cafeterías– en la décima película que dirige, «Mi amiga Eva», donde por primera vez cuenta con una protagonista femenina, encarnada con talento por Nora Navas, algo que asegura que «tenía ya ganas de escribir».