© laverdad.esMarruecos, en la cuerda floja
Como ampliar las capas de población no interesa a quienes intentan definirlas como juveniles e inmaduras y a quienes manipulan y desinforman en esta cuestión, como en tantas otras, la información que nos llega desvirtúa el mensaje originario quitando valor a las reclamaciones cuando no las pueden silenciar y negar. Ecuador, Grecia, Madagascar, Nepal, Perú, Serbia y ahora Marruecos presentan reivindicaciones sensatas y justas ante situaciones de vida insoportables.
En el país alauí la población se ha manifestado para exigir hospitales en lugar de estadios para un Mundial, el de 2030, en el que se están empleando ingentes recursos económicos que, obviamente, no van destinados a otras necesidades de los ciudadanos.
La muerte de ocho mujeres embarazadas en un hospital de Agadir fue el detonante de la explosión, pero inmediatamente se ha incluido en las peticiones la crítica contra la millonaria casta política y militar del país, contra la corrupción endémica del mismo (que se lo pregunten a su primer ministro, Aziz Ajanuch), contra la precariedad, la pobreza y las desigualdades.