Los británicos quieren acercarse a la Unión Europea pero no una adhesión
El Reino Unido abandonó la UE en la medianoche del 31 de enero de 2020 empujado por el Partido Conservador y el entonces primer ministro, Boris Johnson, que había abrazado la recomendación de uno de sus asesores: utilizar en la campaña electoral persistentemente el lema 'Terminar el Brexit'. Los británicos ya habían expresado varios años antes en referéndum que querían dejar el club comunitario. Una salida apoyada, eso sí, por un escaso 52% de los participantes en la consulta.
La lectura del documento presentado esta semana sugiere que, en realidad, Johnson no remató el Brexit y que la idea que plantea Menon sobre una negociación eterna en torno a las nuevas relaciones entre Londres y Bruselas se parece más a la realidad actual. La agenda está cargada de asuntos, aunque sea más vaga que la de hace cinco años, con sus correspondientes objetivos por ambos lados.
Los académicos repiten que el actual Gobierno laborista aboga por un 'reset', es decir, un reinicio o formateo de los lazos entre el Reino Unido y la UE. Jannike Wachowiak, una de las investigadoras, sostiene que la parte británica está perdiendo la posibilidad de dominar la estructura de estas conversaciones.