Los ataques a cuchilladas se disparan en Alemania y abren el debate sobre su prohibición
«Necesitamos un mayor control sobre unas armas de acceso fácil y con las que se pueden cometer crímenes brutales«, afirmó hace esacasos días la ministra alemana del Interior, la socialdemócrata Nancy Faeser. Su frase resulta ahora profética, a la vista del acuchillamiento múltiple de Solingen, donde tres personas han muerto y siete resultado heridas por un individo que posteriormente se dio a la fuga.
Faeser no se refería a armas de fuego, adquiridas legalmente o en el mercado negro, sino a cuchillos o navajas, como los que pueden comprarse en cualquier centro comercial o ferretería. Desde el cuchillo de cocina a una navaja de abanico o mariposa. Los ataques con arma blanca se han disparado en los últimos años. Más de un 12 % en un año, según la estadística policial de Interior.
Y, además, su espectro se ha amplificado: ya no se trata de reyertas, atracos o delitos atribuibles a la delincuencia común. Proliferan también los ataques del yihadismo con arma blanca, así como las agresiones a policías, a controladores en los trenes o al personal sanitario de hospitales y consultas médicas.