Las monjas rebeldes reciben un ultimátum para dejar el convento y ellas llaman a la Guardia Civil
Las clarisas de Belorado y Orduña (Burgos), que anunciaron que abandonaban la Iglesia de Roma debido a la "persecución" que sufrían, han avisado este jueves a la Guardia Civil, que se ha tenido que personar en el convento, ante el rechazo de las monjas a recibir a la comitiva enviada por la Santa Sede. El Arzobispado de Burgos, por su parte, ha calificado estos hechos como un "gesto de hostilidad".
Así lo ha informado el Arzobispado en un comunicado al que ha tenido acceso Europa Press, y en el que explica al detalle los hechos acaecidos este mediodía alrededor de las 14.00 horas cuando se han personado en el Monasterio de Santa Clara de Belorado una comitiva enviada por el Comisario Pontificio designado por la Santa Sede.
En concreto, hasta el convento se han desplazado la secretaria de la Federación de Clarisas Nuestra Señora de Aránzazu, Sor Carmen Ruiz; el apoderado del Comisario Pontificio, Don Rodrigo Sáiz; y el notario del Tribunal Eclesiástico, Don Carlos Azcona, en vías de establecer alguna "línea de diálogo de interlocución" con las monjas, además de comunicarles las facultades jurídicas que le competen sobre la administración de los monasterios y transmitirles las notificaciones pertinentes del Tribunal con respecto a la apertura del proceso canónico correspondiente a la declaración de abandono de la Iglesia católica.