La policía cree que un menor de 14 años gestionaba la red de adolescentes asesinos
Apenas salía de casa. Se pasaba la vida en su cuarto, rodeado de su ordenador y sus «dispositivos». Desde esa pantalla, gestionaba -así lo cree la policía- una red de sicarios menores de edad a los que enviaba a cualquier lugar del mundo para cumplir los encargos que recibía.
Los investigadores tenían en el radar a un delincuente afincado en Alicante con aparentes conexiones con el crimen organizado. Pero, para su sorpresa, no era él la persona que estaba al otro lado de la pantalla, sino su hijo, un adolescente de tan sólo 14 años.
La operación partió de otro menor, en este caso de 17 años, al que la policía detectó en Benalmádena en mayo. Los agentes descubrieron que había aterrizado en la Costa del Sol procedente de Suecia y que a la semana de llegar se tiñó el pelo y cambió su aspecto físico.