
La peor trampa de la falsa condonación de la deuda
Hay pocas situaciones más desquiciantes en la vida que lo que podríamos llamar como "la mentira compartida". Ese momento en el que te mienten; el que te miente sabe que te miente; tú sabes que te miente; él sabe que tú sabes que te miente; y aún así, te mira a los ojos... y te miente.
Y digo que es "desquiciante" porque te deja desarmado. Con alguien que dice lo que tú consideras una estupidez, un dato erróneo o un argumento falaz, pero lo dice porque se lo cree, puedes dialogar, ofrecerle contraargumentos, intentar convencerle. Con el mentiroso que se sabe así, sólo sientes la rabia del cinismo. En este caso, además, aderezado con la impotencia del que está casi obligado a parecer como que responde: ni siquiera puedes simplemente ignorarlo.
Pues algo así es lo que está haciendo el Gobierno esta semana con la falsa quita de la deuda autonómica. No es descartable que alguno de sus voceros mediáticos ignore que está mintiendo. Los hay tan mediocres que puede que haya quien ni siquiera sea capaz de comprender lo absurdo del argumentario que les han mandado desde Ferraz. Pero no es el caso de sus ministros y sus asesores.