
La ONU cierra su cumbre en Sevilla con el reto de cristalizar todas sus promesas
De esta cita ha salido el llamado Compromiso de Sevilla, un conjunto de promesas globales centradas en tres áreas prioritarias: movilizar recursos nacionales e internacionales con mayor rapidez para triplicar la capacidad de préstamo de los bancos multilaterales de desarrollo y del capital privado; reformar «el insostenible, injusto e inasequible», en palabras del documento, sistema de deuda y dar mayor voz al llamado Sur Global en la arquitectura financiera mundial para establecer un sistema fiscal global más equitativo.
Algunas organizaciones como Greenpeace, sin embargo, trasladan «una sensación agridulce» de la cita por lo que consideran una falta de ambición en los compromisos finales. Aunque reconocen que se han dado avances y mantienen la expectativa de continuar el trabajo en el seguimiento posterior a la conferencia creen que ahora toca hacer realidad las promesas.
Entre los retos y los problemas que quedan por resolver, el de la deuda externa que ya asfixia a 3.300 millones de personas que viven bajos Gobiernos destinan más recursos devolver estos préstamos y sus intereses que a sanidad o educación. Además, tienen más caro financiarse que los países desarrollados.