La magia de la San Silvestre

Aún recuerdo aquellos años. Apenas 200 participantes estuvimos en aquella locura que provocó el despertar de una carrera que tenía todos los ingredientes para consolidarse en el tiempo, como así ha sido. Ahora es una prueba multitudinaria, que se ha arraigado en la sociedad y que mantiene su espíritu solidario.

Pero para llegar hasta aquí el camino no ha sido fácil. Al inicio se salía del Romano, se bajaba por la acera al Muelle Deportivo y se accedía por la escalera hacia el paseo de la Avenida Marítima, y de ahí hasta el Monumento a la Vela Latina y vuelta al parque.

De repente, los que circulaban ese 31 de diciembre por la tarde por la Avenida se sorprendían al ver esa hilera de deportistas recorriendo el paseo. Esa primera vez corrió como la pólvora y el incremento de participación fue notable año a año. Fue tal la afluencia que ya se hacía necesario cortar algunas vías de la capital grancanaria para que la prueba se pudiese desarrollar sin problemas.