La baja participación y dudas sobre corrupción empañan las elecciones judiciales de México

La consulta, en la que se elegían unos 2.680 funcionarios, desde ministros de la Suprema Corte hasta jueces de primera instancia, apenas movilizó a una quinta parte de los ciudadanos que votaron en la elección presidencial de hace un año, en las que se impuso Sheinbaum, la heredera política del izquierdista Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Estos comicios, ya acompañados por la polémica desde sus inicios y que han representado el cambio más profundo a la judicatura en las últimas tres décadas en México, representaban el corazón de la reforma constitucional que impulsó el oficialismo, en medio de una pugna con el máximo tribunal que bloqueó varios proyectos a AMLO (2018-2024).

Aunque los resultados tardarán varios días en conocerse y pese al reiterado argumento de Sheinbaum de que la consulta era la manera de terminar con la arraigada corrupción e impunidad del sistema judicial, lo cierto es que la cita ha arrojado más preocupaciones y dudas que certezas. Opositores y expertos sobre la independencia de la judicatura temen que la actual fórmula de elecciones judiciales facilite a los criminales influir en las cortes con amenazas o sobornos.