
Fallece el periodista Fernando Lázaro a los 58 años
«Aunque ya nada pueda devolvernos las horas de esplendor en la hierba, de la gloria en las flores, no debemos afligirnos, pues siempre la belleza subsiste en el recuerdo». No tenía palabras, sólo lágrimas y pena y dolor, en el pecho y en todas partes, cuando me llamó el director del periódico para decirme que Fernando Lázaro había muerto.
El poema de William Wordsworth es lo único que me vino a la cabeza, porque con Fernando se va el más joven de los pitufos que fundaron EL MUNDO en 1989. Desde el primer día, él era el más pequeño y nosotros sus hermanos mayores. Y el esplendor en la hierba y la lluvia en las flores ya se quedan llorando por él.
Y nos sentimos afligidos porque, aunque su recuerdo nunca va a morir en esta redacción ya madura, tampoco nunca ya volveremos a escucharle decir: «¿Qué tal, tron?». Se ha muerto el más joven de todos nosotros y nosotros, que vimos cómo crecía, que compartimos una parte de nuestras vidas en la que éramos felices y no lo sabíamos.