Este jueves despega de nuevo la ‘Starship’: los retos del tercer vuelo

Para llegar a este punto, Space X ha tenido que implementar hasta 17 mejoras que le había pedido la Administración Federal de Aviación (FAA) respecto a la segundo vuelo en noviembre del año pasado, fundamentalmente la protección contra incendios generados por el propio lanzamiento o reducir al mínimo posible las fugas de propelentes del cohete.

En aquel ensayo, las dos partes que componen el colosal cohete -el 'Super Heavy', que impulsa el artilugio, y la 'Starship' propiamente dicha, donde va la carga o la tripulación- estallaron en el aire. La primera sufrió un fallo en el reinicio de los motores que debían traerlo de vuelta a la Tierra -es reutilizable- y en esa misma maniobra de regreso estalló uno de sus propulsores.

La segunda explotó al activarse el sistema de autodestrucción al detectar un fallo cuando viajaba a una altura de 150 kilómetros. El vuelo duró ocho minutos, cuatro más que en la primera prueba, en el que explosionó tras destrozar durante el despegue la rampa de lanzamiento. Algunos fragmentos de hormigón salieron despedidos a medio kilómetro de distancia.