
Espiar el móvil de tu hijo es legal, pero hay hacerlo bien (porque ellos saben más de tecnología que tú)
Según cumplen años y dedican horas al móvil aprenden trucos para saltarse el control paterno. Por ejemplo, navegar en modo incógnito: así nadie puede ver las páginas que has visitado. Es decir, no se puede rastrear qué webs han estado visitando, incluidas las pornográficas. Otra cosa con la que también pretenden hacer frente a la 'Stasi familiar' es el borrado de cookies y del historial de navegación: pincha y mira lo que quieras, que si lo mandas a la papelera ya nadie más sabe dónde has gastado el tiempo.
De esta manera, ni aunque los padres le pidan el smartphone van a encontrar rastros de 'delito' alguno. «Se encuentran una versión de uso blanca, sin mancha alguna. Al final, como saben más, se las cuelan», explica Albert Jové, profesor colaborador de los estudios de Informática, Multimedia y Tecnología en la Universidad Oberta de Catalunya (UOC).
En cuanto al uso de chats y servicios de mensajería instantánea ocurre lo mismo: algunos de estos programas permiten, incluso, que los mensajes se borren automáticamente al cabo de poco tiempo. Mas de la mitad de los menores ponen en práctica de manera habitual estas artimañas sin despeinarse.