'Emilia Pérez': De narco sanguinario a dama caritativa
Las películas inesperadas conllevan, sobre todo cuando se presentan en Cannes, festival capaz de activar los altavoces mediáticos hasta el infinito y muchísimo más allá, diversas sorpresas.
‘Emilia Pérez’ era ya de por sí un título jugoso que en opinión de muchos caminaba encima de ese alambre siempre tan delicado que conlleva caer de un lado, lo sublime, o del otro, lo ridículo: drama, intriga, narcotráfico, musical, transexualidad, vaginoplastia, reivindicación, divertimento, cine social, todo en un solo filme y firmado, además, por un cineasta sobrio en las formas y los géneros narrativos, Jacques Audiard, autor de grandes relatos policiacos –‘De latir mi corazón se ha parado’, ‘Un profeta’– dramas –‘De óxido y hueso’– y wésterns –‘Los hermanos Sisters’.
‘Emilia Pérez’ generó debate, gente a favor y en contra, y gente que estaba a favor y luego se puso en contra, y al revés: las opiniones van muy rápidas y mutan en Cannes. Pero todo el mundo, apocalípticos e integrados, aplaudieron la apuesta y el concurso interpretativo. Y el jurado también lo reconoció dándole el premio de interpretación femenina a las cuatro protagonistas de la película.