
El remedio catalán de Sánchez contra la gangrena
Se anuncia que el nuevo modelo de financiación de Cataluña será “singular, federal y generalizable”. Los adjetivos son incompatibles entre sí y falsos por separado: no es singular, puesto que copia el cupo vasco; no es federal sino confederal; no es generalizable porque las comunidades con menos recursos no se lo pueden permitir y si lo adoptan las comunidades ricas quiebra el Estado. La mutación obedece a un acuerdo para formar gobierno en una comunidad autónoma, se presenta para sostener un ejecutivo necrosado por escándalos de corrupción y afecta a todo el país.
Francisco de la Torre y Jesús Fernández Villaverde explican en La factura del cupo catalán el complicadísimo y mejorable sistema de la financiación autonómica, la injusticia del cupo vasco y las consecuencias nefastas que supondría extender ese privilegio.
Desgranan las falacias que se utilizan para defender el cupo catalán, versiones de las trampas retóricas y contables del nacionalismo: camuflar como déficit fiscal lo que obedece a diferencias de renta y presentar como una anomalía la redistribución entre territorios del Estado (es decir: la existencia del Estado), proclamar que el problema de Cataluña es de ingresos cuando es de gasto, o afirmar que está infrafinanciada cuando los datos no sostienen esa idea.