
El mal de los 'gastos hormiga'
Seguro que le ha pasado alguna vez. Abre la aplicación del banco para hacer un Bizum o comprobar un pago y, de pronto, identifica un par de gastos que no recuerda ni cómo se realizaron ni a qué corresponden. No se preocupe. No le han usurpado la identidad para acceder a su cuenta. Acaba de descubrir los denominados 'gastos hormiga'; pequeños movimientos diarios que, para nuestro respiro mental -aunque no tanto para nuestra salud financiera- son prácticamente imperceptibles. Casi tanto como innecesarios.
Los hay de todas clases. En mi caso, el café extra que antes no tomaba y que ahora se ha convertido en rutina después de la primera reunión del día en el trabajo. También pequé hace un año del clásico de los clásicos: apuntarme a un gimnasio al que nunca fui. Y a mi alrededor observo gente que paga cuentas de plataformas digitales que apenas utilizan, o realizan compras impulsivas en el supermercado, donde los productos estratégicamente situados pasan a engordar la lista de la compra inicial con la que salimos de casa.
Puede parecer exagerado, porque quitarse un café, privarse de salir a un restaurante o de esas compras 'extra' realizadas más por impulso que por necesidad, no nos va a salvar el presupuesto familiar. Sin embargo, tener disciplina y tomar conciencia de todo lo que gastamos es clave para gestionar nuestro día a día financiero.