
El genio que se voló la cabeza tras hacerse rico con el 'Himno a la alegría'
Waldo de los Ríos era en 1977 el compositor y arreglista más rico y popular de España. En el garaje de El Olivar, su mansión en la urbanización del Conde de Orgaz en Madrid, descansaban coches de ensueño que nadie más tenía: un Lamborghini Jarama, un Maserati Boomerang, el rarísimo Fiat Moretti Sportiva, el prototipo del Porsche Tapiro, que inspiraría el DeLorean de 'Regreso al futuro'.
Se calcula que su 'Himno a la alegría' cantado por Miguel Ríos a partir de la Novena Sinfonía de Beethoven le había reportado solo en 1969 unos 5 millones de dólares, equivalentes a 35 millones actuales. Raphael, Jeanette y Karina, entre otros, le debían sus carreras.
Desde Hispavox había patentado junto al productor milanés Rafael Trabucchelli el 'sonido Torrelaguna' (nombre de la calle de la discográfica), suntuosas orquestaciones que aterciopelaban canciones que hoy forman parte de la cultura popular.