
El 'caso Vinicius' altera la paz del Real Madrid
A pesar de que Xabi Alonso trató de restar importancia a la nueva suplencia de Vinicius atribuyéndolo a la necesidad de contar con todos y recalcando que «nadie tiene que sentirse ofendido por no jugar», es obvio que algo pasa para que un futbolista que un año atrás rozó el Balón de Oro haya perdido su condición de indiscutible y se vea inmerso en una competencia que casi nadie vio venir con Rodrygo.
La petición que el paulista hizo a Xabi Alonso para que le diese carrete en el flanco izquierdo, hasta entonces latifundio particular de Vinicius, explica solo una parte de lo que ocurre, pero la cuestión va más allá de esa competencia que debería sacar a relucir los mejores registros de los dos extremos brasileños.
Porque si bien Rodrygo está ofreciendo rayos de esperanza, causando sin ir más lejos el primer penalti de Marsella y recordando por momentos a aquel futbolista deslumbrante que reservaba sus mejores noches para la Champions, pesa mucho más el bajón anímico y de rendimiento de Vinicius, que no ha vuelto a ser el mismo desde que vio cómo se le escapaba aquel Balón de Oro que dio por hecho.