
El biogás 'estalla' en España
Primero fueron los parques eólicos, después los huertos solares y ahora es el turno de las plantas de producción de biogás procedente del tratamiento de residuos orgánicos. La transición hacia un modelo de producción energética más ecológico, con menos emisiones de efecto invernadero, está basada fundamentalmente en estas tres patas. Pero a diferencia de la eólica y la fotovoltaica, el gas verde está aún pendiente de desarrollo en nuestro país. Y aunque 2025 parecía ser el año definitivo para su despliegue, todo apunta a que no será un camino fácil.
En sus planes, el sector no contaba con un factor que puede dar al traste con el desarrollo del vector energético de moda, esto es, la férrea oposición vecinal con la que se han topado los promotores de estas plantas en decenas de municipios españoles.
La cercanía a núcleos urbanos en algunos casos, las dimensiones de los proyectos en otros y el miedo a los malos olores y la toxicidad del ambiente en todos ellos han disparado hasta el centenar la creación de plataformas organizadas en contra de esta alternativa energética. Una vez más, la solución a un problema medioambiental se convierte en el problema.