
Courtois echa el cerrojo preclásico
Menos que antaño, pero el problema es que a este Madrid le siguen generando ocasiones, tal y como se demostró ante una Juventus con más historia que presente y con el futuro muy incierto de Igor Tudor, su técnico, ya que en la Champions aún no sabe ganar y en la Serie A marcha séptima clasificada, fuera de los puestos europeos. El Madrid tiene razones para mirar con optimismo a un clásico que puede dispararle en el liderato o poner el foco de nuevo en Xabi Alonso si el Barça la pinta la cara como ya hicieron el PSG y el Atlético.
Mbappé es garantía de gol, aunque frente a la Juve no marcó tras once partidos seguidos viendo puerta; Vini aparece menos pero es capaz de sacarse de la chistera una jugada tan brillante como la que acabó con su disparo al poste y el gol de Bellingham; el inglés se ha quitado un peso de encima con su diana de oportunismo y recupera por fin buenas sensaciones tras su operación en el hombro; Güler va camino de convertirse en un centrocampista de época y un referente para el madridismo gracias, tal y como reconoció el turco, a la confianza que le da Xabi Alonso; Militao vuelve a recordar a ese central pletórico que era antes de destrozarse la rodilla y, sobre todo, Courtois está en otra dimensión respecto al polaco Szczesny.
En realidad todo empieza y acaba en el gigante belga, capaz de mantener su portería a cero en seis de los doce partidos oficiales disputados este curso por el Real Madrid. Ante el Getafe, evitó el ridículo de su equipo al salir airoso de un mano a mano con Kamara que hubiera sido gol del empate de un rival en gran inferioridad tras las polémicas expulsiones de Nyom y Sancris. La monumental bronca que echó a sus compañeros tras esa jugada, evidenció que este Madrid aún atraviesa tramos de vida contemplativa.