Carter se va y Trump vuelve
Entre la pomposidad de la que siempre rehuyó y lejos de su humilde rancho sureño en Plains (Georgia), donde residió gran parte de su vida, Estados Unidos ha despedido al presidente Jimmy Carter en un solemne funeral de Estado en la Catedral Nacional de Washington. Tal como el propio Carter le pidió personalmente, el presidente Joe Biden ha pronunciado uno de los discursos fúnebres, en el que lo ha recordado como un hombre “decente”, “modesto”, con “carácter” y “mirada hacia el futuro”
La ceremonia ha reunido, por primera vez desde las elecciones de noviembre, a los cinco mandatarios vivos del país. En su entrada a la catedral, el presidente electo, Donald Trump, ha pasado por delante de los líderes de dos países cuya soberanía ha amenazado esta semana: el primer ministro canadiense Justin Trudeau, que el lunes anunció su renuncia, y el presidente de Panamá, José Raúl Mulino. Entre los pocos líderes internacionales presentes, también estaba el príncipe Eduardo, duque de Edimburgo, junto con congresistas, jueces del Tribunal Supremo y otras personalidades de Estados Unidos.
“Amar al prójimo como se ama a uno mismo es algo muy fácil de decir, pero muy difícil de hacer. Jimmy lo hizo”, ha señalado Biden sobre un líder de un único y desapercibido mandato, como él, pero con una importante labor humanitaria en su larga etapa pospresidencial a través de su Centro Carter. “A los jóvenes y a cualquiera que esté buscando un sentido: estudiad el poderoso ejemplo de Jimmy Carter”, ha sentenciado el presidente.