Albares visita Siria al mes de la caída de Asad e izará la bandera de la embajada como gesto de confianza a sus nuevos líderes
España quiere jugar un papel clave en la desescalada en Oriente Próximo, a través de su especial relación con los países árabes, su contacto estrecho con Turquía y el acceso privilegiado alcanzado con Irán en los últimos meses. José Manuel Albares tiene previsto izar la bandera de la embajada española en Damasco, que fue arriada al inicio de la guerra civil, en 2012, y desde entonces no se ha vuelto a izar.
El Gobierno de España no tiene previsto nombrar nuevo embajador todavía. De hecho, aunque la embajada nunca ha cerrado, la máxima representación diplomática en el país la sigue llevando el encargado de negocios, Javier Puga, pero Albares ha designado un enviado especial para Siria, el diplomático Antonio González-Zavala, como gesto de confianza hacia la "nueva administración" de Siria.
El ministro español de Exteriores será el cuarto europeo que viaje a Damasco a reunirse con su homólogo sirio, Asaad al Shaibani. La semana pasada lo hicieron juntos el francés, Jean-Noël Barrot, y la alemana, Annalena Baerbock; y este viernes está previsto que lo haga el italiano, Antonio Tajani.