
Así queda el explosivo laberinto sirio contado en mapas
Siria es desde hace más de una década uno de los lugares más complejos de Oriente Próximo y la caída del dictador Bashar Al Assad hace que la región se haya convertido en un laberinto explosivo, con decenas de actores enfrentados -desde Estados Unidos, Rusia, Irán, Turquía o los restos de Estados Islámico-, lo que hace que el futuro del país sea en estos momentos de una incertidumbre sobre la que nadie se atreve a profetizar qué sucederá.
Siria tiene reservas petrolíferas, ahora controladas en mayor o menor grado por Estados Unidos, Turquía, Irán o China, que pueden ser importantes en el futuro de la región. Pero su situación geopolítica, enclavada entre países como Israel, Irán, Irak o Turquía lo convierten en una pieza clave en la zona más caliente del mundo. A continuación pueden ver el intrincado escenario de su entorno y sus principales actores.
Cuando comenzó la guerra civil siria en 2011, Rusia regresó a una antigua base naval soviética en el puerto de Tartus, en Latakia, y la transformó en su principal zona de despliegue en el Mediterráneo. Esta avanzadilla se convirtió en clave junto con la base aérea de Homein. Desde el aeropuerto se bombardeó a Estado Islámico y a los rebeldes sirios que luchaban contra el régimen de Al Assad.