© hoy.es«A los políticos hoy se les pide épica, pasión y acción»
- Su tesis en el libro es que la cultura ha sido un campo para la experimentación y el libertinaje. La política, en cambio, tenía un compromiso moral, una responsabilidad. Y se han dado la vuelta: la cultura está asediada por compromisos morales y la política polariza y trafica con el rencor. ¿Cuándo empezó esto?
- Después de la crisis económica de 2008. Quizá incluso después de 2011. Se acumulan las crisis y las obras de arte ya no son transgresoras, lúdicas, juguetonas… Al contrario, empiezan a apuntar hacia los problemas de los jóvenes, las crisis económica y climática, el machismo, el racismo. Occidente es el culpable de todo y los jóvenes señalan eso en el arte.
Se ve en las bienales, como la dedicada al decolonialismo en Venecia en 2024. Al tiempo, irrumpen en escena políticos que se burlan de la ola moralista y eso les sirve de trampolín. Bolsonaro, por ejemplo, pasa del anonimato a la presidencia de Brasil con una estrategia transgresora.